DESAFÍOS DEL
ENFOQUE DE GÉNERO
Este
trabajo no tiene la pretensión de formular la solución al problema de la
disparidad entre géneros, ni menospreciar los esfuerzos realizados en todas las
sociedades sensibilizadas al género, sino que pretende analizar la situación
actual, cómo se originó esta situación y ofrecer sugerencias para efectivizar
el enfoque de género y visibilizarlo de forma concreta en el territorio
nacional y a nivel internacional.
Qué
características tiene el género?
A lo
largo de la investigación y de las lecturas realizadas, se mencionan
características intrínsecas al enfoque de género: debe ser “equitativo”, “no
sexista”, se debe “visibilizar en los roles, en los espacios”, con un abordaje
integral “descolonizador” y servir a la “despatriarcalización” de la sociedad,
para lograr una paridad entre hombres y mujeres en sus espacios y roles, en la
sociedad y las organizaciones actuales.
Género
y pasado
Lastimosamente,
se nace con un género y roles acordes dictados por la sociedad en su conjunto
(familia, escuela, universidad, trabajo), sin realmente buscar lograr las
necesidades de la persona sea mujer o varón, sin respetar su idiosincrasia, ni
sus roles o espacios. Pero lo más lamentable del asunto resulta ser que la
disparidad de género observada en la actualidad ha sido reforzada por las mismas
mujeres que vivían bajo el sistema patriarcal: las mismas mujeres de
generaciones anteriores decían que al marido se le debe respetar en todo
aspecto, y que una esposa debe ser comprehensiva y sumisa, con todos los abusos
que esa conducta permite. No era raro en aquel entonces que las hijas mujeres
ayudaran en el trabajo en casa, y que a los hijos varones no se les permitiera
ni enseñara a realizar ninguna tarea hogareña.
Lo
que resultó de éste condicionamiento fue una brecha gigantesca entre varones y
mujeres, entre lo que se le permitía y aceptaba al varón, y lo que se permitía
y aceptaba a la mujer. Era la época de
“las mujeres en casa, deben cocinar y cuidar a los hijos, mientras el varón
trabaja, provee y si quiere salir con los amigos, sale nomás”, generada y
aceptada por la misoginia y el oscurantismo religioso, quien ha servido de
apoyo a la disparidad de género y aún hoy cauciona semejantes conductas y
pensamientos. La religión ya sea cristiana, musulmana, islamista, sintoísta u
otra, siempre ha negado los derechos esenciales de las mujeres, han propiciado
su ignorancia y su sumisión.
El
género y el Ahora
El siglo XXI es el de la espiritualidad, no el
de la religiosidad, por ende la sociedad debe buscar la armonía entre todos y
todas, la salvaguardia de los derechos humanos, de la integridad física y
psicológica pero sobre todo, debe tratar de cerrar la brecha generada en
tiempos anteriores en cuanto a equidad de género, no es igualdad al parecer del
autor, que existan sociedades dadas que acepten o la poligamia o la poliandria,
ya que resulta en la objetización de las mujeres o de los varones y por ende no
se los y las reconocen como seres humanos con los derechos fundamentales y de
carácter obligatorio que ellas y ellos tienen.
Género
en Bolivia y otras experiencias del planeta
Si
se analizan las experiencias a nivel nacional e internacional, esta disparidad
inter género sigue vigente en casi todo el planeta. Incluso los países
conocidos por ser más liberales y vanguardistas en temáticas sociales, como ser
los Países Bajos, Bélgica, Suecia o Dinamarca, sufren de ésta brecha de género
en la actualidad. Si desarrollo y género deberían ir de la mano, se podría
asumir que ningún continente del mundo es desarrollado en su totalidad, ya que
en ninguno existe una real equidad de género.
Peligros
del enfoque de género
El
enfoque de género conlleva una serie de peligros ajenos al concepto: pasar de
un extremo a otro: pasar de la patriarcalización de la sociedad con su base en
la sumisión de las mujeres y de los hombres no reconocidos como patriarcas, al
feminismo discriminatorio de todo lo varonil; ser utilizado a nivel político
sin beneficiar a las mujeres y los varones que deberían gozar de éste concepto
para ejercicio pleno de sus derechos;
ser ignorado por la sociedad si los mandatos del imaginario colectivo
que la rigen no han sido reemplazados por mandatos, conceptos, posiciones y
comportamientos que favorezcan la sensibilización al enfoque de género en los
roles y espacios; un desequilibrio en el enfoque por participación mayoritaria
de representantes de un género ya sea mujer o hombre que consiga mayores
beneficios para unos o unas y no para ambos.
El
paradigma del género
La
sociedad, por lo tanto, sigue en el mismo paradigma: los varones no quieren
perder los privilegios asociados al patriarcado y las mujeres quieren que se
las reconozca en el lugar de trabajo y en el hogar, en su vida profesional
tanto como privada y que si tienen las mismas competencias y habilidades que un
varón, que se les pague el mismo sueldo.
Queremos
el enfoque de género para nuestras “wawas”
Es
difícil romper estructuras mentales milenarias, pero no es imposible. Por lo
tanto se debe intentar actuar y generar una educación y sensibilización social
que respalde el proceso de integración del enfoque de género paulatinamente
pero certeramente. Se debería implementar un marco legal respaldatorio con
carácter de obligatoriedad, en el que se tomen disposiciones para que tanto
familias, escuelas, universidades y lugares de trabajo deban integrar el
enfoque, apoyarlo y generar una cultura de buen trato hacia los representantes
de ambos sexos, sin discriminación y con la mayor equidad posible, además de
proporcionar a las mujeres que trabajan o bien servicios que les ayuden a
cumplir sus tareas, o bien obsequiarles con un bono económico para pagar
guarderías o niñer@s y poder desempeñarse de manera óptima. Es más: deberían
haber clases de capacitación obligatorias en enfoque de género en niños y
niñas, mujeres y varones adolescentes y parejas pre-matrimoniales, porque ellos
representan el futuro y la posibilidad de romper con los esquemas mentales,
tarea que debería ser respaldada por padres y madres como principales
educadores de los niños y de las niñas en cualquier sociedad del planeta.
BIBLIOGRAFÍA
Wanderley, F. (2008).Género y desafíos post-neoliberales.
Género, etnicidad y trabajo en Bolivia. (p. 145-146) Revista Umbrales No. 18.
La Paz, Bolivia: Plural editores CIDES –UMSA.
Kideitu. (2007). Guía para
la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y formación.
(p. 15-16)Aprendiendo de la experiencia EQUAL. Gobierno Vasco, España:
EMAKUNDE/Instituto Vasco de la Mujer como entidad coordinadora de la Agrupación
de Desarrollo “Red Kideitu”
Emakunde (1998) Guía
metodológica para integrar la perspectiva de género en proyectos y progamas de
desarrollo. Emakunde Instituto Vasco de la mujer y Secretaría General de Acción
Exterior Dirección de Cooperación al Desarrollo. Vitoria-Gasteiz.
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