En
este artículo, se van a tocar las siguientes temáticas: la educación del
imaginario colectivo, grupos o colectivos como beneficiarios pasivos, la importancia de los procesos de contratación
de personal con enfoque de género, el asesoramiento continuo por expertos en
enfoque de género y la provisión de servicios para asegurar la participación de
los grupos beneficiarios a los talleres etc. de los proyectos con enfoque de
género
El artículo estudiado de la Red de Desarrollo “Kideitu”, menciona
conceptos y propone una metodología de abordaje de los proyectos muy
interesantes en cuanto a los pasos a seguir para alcanzar una igualdad de géneros,
sobre todo en el ambiente laboral.
La
primera sugerencia extraída de la lectura del texto, es educar el
inconsciente o “imaginario colectivo” (Kideitu, 2007, p.29), que representa las
ideas y los comportamientos subconscientes de las personas que componen una
sociedad o comunidad dada, en base a conocimientos, creencias y comportamientos
adquiridos a lo largo de su evolución, y que se constituyen en su folklore, así
como sus usos y costumbres, dictados y validados por las experiencias de las generaciones
anteriores. ¿En qué sentido se debe educar este imaginario colectivo? Es
necesario educarlo porque es lo que determina el comportamiento y las creencias
de las personas sin discriminación de edad, sexo género e identidad sexual, religión, nivel socio-económico
etc. Existen varios recursos para
lograrlo, el más adecuado sería la sensibilización social a la problemática la
brecha entre géneros, la cual impide un desarrollo y unas oportunidades
igualitarias entre hombres y mujeres, en sus espacios tanto privados como
públicos, y una constante capacitación de las poblaciones de mayor riesgo en
cuanto a enfoque de género.
El segundo punto para
tratar el enfoque de género, siguiendo con las recomendaciones del texto, es
evitar “Mujeres como colectivo beneficiario pasivo” (Kideitu, 2007, p.30)
en
los proyectos. Muy a menudo, lastimosamente, los proyectos buscan ejecutar sus
componentes, sin satisfacer las necesidades de los grupos beneficiarios
identificados, ya sean de mujeres o de varones o de ambos. Un proyecto con
enfoque en género debe identificar los y las beneficiarios y beneficiarias,
debe indagar sus necesidades específicas y garantizar un acceso igualitario en
el espacio y los recursos a ambos géneros. También debe preconizar una
participación activa y equitativa de ambos géneros beneficiarios y debe
incluirlos activamente también en la toma de decisiones y procesos ejecutivos.
El
siguiente paso a desarrollar es el de contar con procesos de selección de
personal tanto internos como externos que “promulguen la igualdad de género” en
sus competencias, desempeño y salario, además de priorizar “la selección de
candidatos con conocimiento y sensibilidad de género” (Kideitu, 2007,p.31), que
puedan transmitir esos conocimientos a las demás personas de la empresa,
resultando en un valor añadido en cuanto a enfoque de género organizacional
y a partir de ello, establecer un
programa de capacitación interna de forma permanente sobre cuestiones de género
para crear un clima laboral agradable y hospitalario para todos y todas, en el
que se mencione la importancia de un lenguaje no sexista, sino que incluya a
ambos géneros (utilizando “todos” y “todas”, “los” y “las”, “unos” y “unas”
etc.) para dar cabida en el espacio y el rol a ambos géneros y así poder hacerlos
visible de manera interna y externa a la organización.
Otro
punto importantísimo para poder realizar un proyecto con enfoque de género, es
el de rodearse de personas expertas en el área, que puedan realizar una “función
de asesoramiento de forma continua” (Kideitu, 2007, p.31), en todas la fases
del ciclo de vida del proyecto, es decir desde el diagnóstico hasta la
evaluación de los impactos logrados con el proyecto. Para esta tarea, los
asesores deberán de igual manera, ayudar a los proyectistas a desarrollar
objetivos, indicadores y actividades que sean de la máxima pertinencia respecto
a la temática, y que corroboren la utilidad del proyecto.
Algunas
veces, se pueden encontrar comunidades donde los horarios, sobre todo de
las mujeres son dictaminados por sus roles y actividades, lo que dificulta su
asistencia a los talleres del proyecto, por lo cual la solución que ofrece
“Kideitu” es la dotación de “servicios que promuevan y apoyen la asistencia de
las mujeres a los talleres” (Kideitu, 2007, p.31) como ser guarderías, valores
económicos (subsidios, bonos etc.), aspecto fundamental y condición sine qua non de que el proyecto con
enfoque de género y dirigido a las mujeres, pueda ejecutarse y lograr su
objetivo y tener un impacto positivo.
Conclusiones
Cabe
destacar entonces, que el género como punto neurálgico de un proyecto de
desarrollo es una realidad difícil de lograr sin realizar los pasos estipulados
en este artículo, más no una tarea imposible si se siguen las recomendaciones
hechas por la magnífica labor de la Red de Desarrollo
“Kideitu”, y si todos y todas educasen su percepción de los roles y espacios de
los géneros de la manera más abierta y objetiva posible, el logro podría darse tempranamente.
BIBLIOGRAFÍA
· Kideitu.
(2007). Pautas y pistas para la
incorporación del enfoque de género en cada fase del ciclo de proyecto. (p.29)
Guía para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y
formación. Aprendiendo de la experiencia EQUAL. Gobierno Vasco, España: Emakunde, Instituto Vasco de la Mujer como
entidad coordinadora de la Agrupación de Desarrollo “Red Kideitu”.
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·
Kideitu.
(2007). Pautas y pistas para la
incorporación del enfoque de género en cada fase del ciclo de proyecto. (p.31)
Guía para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y
formación. Aprendiendo de la experiencia EQUAL. Gobierno Vasco, España: EMAKUNDE,
Instituto Vasco de la Mujer como entidad coordinadora de la Agrupación de
Desarrollo “Red Kideitu”.
·
Kideitu. (2007). Pautas y pistas para la incorporación del enfoque
de género en cada fase del ciclo de proyecto. (p.35, 36 y 37) Guía para la incorporación del enfoque
de género en los proyectos de empleo y formación. Aprendiendo de la experiencia
EQUAL. Gobierno Vasco, España: EMAKUNDE, Instituto Vasco de la Mujer como
entidad coordinadora de la Agrupación de Desarrollo “Red Kideitu
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